Intento pensar bien lo que quiero escribir hoy, este sábado otoñal, desde mi bonita casa, ahora que tengo un rato de silencio. Y como me suele ocurrir cuando empiezo a escribir, no me sale.
Intento pensar en todo lo que ha sucedido estos meses, y dónde me encuentro ahora. Y hacia donde voy.
Escribo en mi agenda de papel forrada de tela de la India, todo lo que quiero hacer con Verdeagua, es decir, lo que voy a hacer ahora con mi trabajo, y gran parte de mi vida. Levanto la vista y veo el cielo azul y las hojas que se van poniendo su nuevo traje de otoño, y me entran ganas de bailar.
El miércoles, sin darme cuenta, sin esperar nada, pero segura de que todo se había preparado bien, la vida me puso en las manos un día lleno de emoción y de agradecimiento. Como os he ido contando brevemente, organizamos la presentación a prensa de mi pequeño showroom en Madrid, y de la línea TUVerdeagua. Vino tanta gente a vernos, a compartir ese día tan especial, todo estaba lleno de flores frescas, te con menta, pastelitos árabes, y las nuevas piezas, brillando, ahí, quietecitas. Tanta gente que me ha apoyado estos años en prensa, personas que ni si quiera conocía, personas que les gusta Verdeagua, y que yo, desde mi humildad, no pensaba jamás que iban a venir.
De esta manera algo precaria quiero agradecer a todos de corazón, prensa y no prensa, todo vuestro apoyo, por que gracias a eso, ahora vamos a seguir llenos de energía, creando joyitas que se apoyan cerca del corazón y que transmiten algo de eso que se llama alegría.
Gracias a todos. Feliz sábado. Me voy a pasear, antes de que se vayan los rayos de sol que han aparecido.
Por cierto, y ahora que estamos en confianza, estoy feliz con mi nueva vida en Madrid. Sigo yendo al campo a inspirarme, pero tenía ganas de sentir las vibraciones de una ciudad preciosa como Madrid. La clave está en abrir los ojos y ver lo mejor de lo que te rodea...
PS: creo que las piedras con las que trabajo están enamoradas de las flores, y viceversa.
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