Ayer un lector anónimo de mi blog me escribió lo siguiente:
¿Te vienes a vivir a Madrid? Y qué pasa con el estudio Verdeagua? Aquí la inspiración es muy escasa. Entre ruído, humo y bullicio...
Había asociado todo este mundo a un bosque, a un camino... No puedo imaginar Verdeagua naciendo en una ciudad
Reconozco que me tomo mi blog seriamente, y no respondí por la noche dado que era tarde y estaba cansada. Pero ahora, fresca como una rosa y con café en mano, le respondo:
"si, para el mes de agosto nos mudamos a Madrid, por muchas razones, pero estoy entusiasmada con el proyecto. He vivido 8 años en el campo, teniendo el privilegio de criar a nuestros hijos corriendo por el campo buscando lombrices que se guardan en los bolsillos, viendo cientos de puestas de sol y ver las aves volar a 5 metros de mi casa. Por la noche, al llevar la basura al contenedor del pueblo, huele a tierra húmeda y solo se escuchan las hojas de los árboles, y si levantas la vista, el cielo está cuajado de diamantes que brillan. Verdeagua es el sueño de toda mi vida, y efectivamente se materializa por primera vez en esta tierra. No obstante, las ciudades son necesarias para Verdeagua, y como todo en la vida, depende del ojo con que se mire. Una ciudad, por grande que sea, puede ser estimulante, refrescante y excitante. Y en este momento, Verdeagua necesita estar más cerca de una ciudad. Voy a mantener mi estudio, donde me escaparé a pasar días enteros para diseñar. Nos vamos a las afueras de Madrid, donde nuestros hijos puedan seguir corriendo... Y yo, necesito cafés con amigas, con gente nueva, voy a tener un showroom donde mil ideas se van a desarrollar, entre ellas Workshops Creativos..(prometo contar más muy pronto). Verdeagua nunca va a perder su esencia, al contrario, es imparable. Seguiré hablando de bosques, de caminos, de vida y de esos pequeños detalles que hacen que todo este jaleo merezca la pena. Feliz Domingo."
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